¿Te ha pasado que tu bebé llora sin razón aparente y devuelve un poco de leche? Uno de los motivos podría ser que padezca reflujo infantil.
El reflujo infantil ocurre al momento en que la leche retrocede (reflujo) del estómago y provoca que la devuelva. Es común en los bebés menores de 2 años y la frecuencia en que sucede es de aproximadamente dos a tres veces al día, aunque la cantidad puede variar de un bebé a otro; sobre todo, si tomamos en cuenta que come 8 veces al día durante los primeros 3 meses.
El motivo es que el músculo, llamado esfínter esofágico inferior, que realiza la función de válvula entre el esófago y estómago, se relaja para permitir el paso de la leche al momento de que el bebé come. Regularmente, este músculo tendría que cerrar para evitar que regrese la leche al esófago. El reflujo viene al momento en que el esfínter no está totalmente desarrollado, y por ello la leche regresa al esófago y la arroja.
Conforme va creciendo, el desarrollo del esfínter deberá estar completo para evitar que regurgite y devuelva la leche.
¿Cómo identificarlo?
El reflujo en el bebé regularmente no irrita la garganta ya que es poco común que el contenido del estómago tenga suficiente ácido. Puedes identificar que lo padece si presenta:
- Vómitos o regurgitación constante (habitualmente después de las comidas)
- Eructos húmedos
- Hipo constante
- Irritabilidad y llanto después de comer
Todos estos síntomas empeoran si acuestas al bebé justo después de comer.
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El reflujo se convierte en crítico (o más bien si el reflujo va acompañado de los siguientes signos críticos es importante acudir con un pediatra) cuando:
- No aumenta de peso y se niega a comer
- Vomita constantemente y con fuerza
- Regurgita un líquido de color verde o amarillo
- Presenta problemas para respirar
Consulta en todo momento a tu pediatra para que le de seguimiento, el reflujo moderado es controlable, pero si tienes síntomas críticos podría ser un signo de otra enfermedad, como:
Intolerancia a la leche: Es el rechazo a este alimento que hasta los 6 meses es el único.
Enfermedad por reflujo gastroesofágico: Cuando el reflujo tiene ácido suficiente que irrita el revestimiento del esófago.
Estenosis pilórica: Es cuando se estrecha la válvula entre el estómago y el intestino delgado, hay que recordar que el estómago se vacía en el intestino delgado, y por este adelgazamiento, la leche se regresa y el bebé vomita.
Esofagitis eosinofílica: Es la acumulación de un glóbulo blanco llamado eosinófilo y daña el esófago.
Es común que el bebé padezca un reflujo moderado. Algunas recomendaciones para aminorarlo son: tomas breves y más frecuentes, mantener al bebé en un ángulo de 45 a 60 grados al amamantar y después de la toma, evitar acostarlo luego de comer, mantenerlo en posición vertical entre cada toma.
Un elemento que ayuda es el colchón antirreflujo que está diseñado para que el bebé esté elevado al momento de acostarse, es decir, tiene una elevación de 45 grados lo que provoca que la cabeza tenga una altura diferente a la del estómago y esto evita que la leche regrese.
Aunque es una preocupación que el bebé tenga regurgitaciones toma en cuenta que estas irán desapareciendo. Disfruta el tiempo con tu bebé, ten los cuidados convenientes para aminorar los síntomas y mantén el contacto con tu pediatra.
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