Motivar el movimiento de tu bebé desde sus primeros meses es muy importante, ya que ayuda a fortalecer su cuerpo, desarrollar sus emociones e inteligencia.
Estos ejercicios mejoran el desarrollo del motor fino y grueso (también conocida como motricidad fina y gruesa), el lenguaje y las emociones, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Psicoterapia y Educación.
Las diferencias entre el desarrollo del motor grueso y el fino residen en las áreas motoras implicadas. La motricidad gruesa está relacionada a los cambios de posición del cuerpo y a la capacidad para mantener el equilibrio.
El área motora fina se relaciona con los movimientos coordinados entre ojos y manos, implica el uso de partes individuales del cuerpo, especialmente las manos.
Los ejercicios deben realizarse de acuerdo con la edad de tu bebé. Así que, mostramos cómo motivar el movimiento de los bebés de 0 a 3 meses.
Motor grueso:
1. Acuéstalo boca arriba. Extiende sus brazos con delicadeza hacia abajo, arriba y a los lados, luego crúzalos sobre su pecho. Deja el brazo derecho arriba y el izquierdo abajo y viceversa. Alterna la posición de los brazos.
2. Acostado boca arriba, estira y flexiona suavemente sus piernas.
3. En esa misma posición, toma sus brazos y piernas; muévelo hacia un lado y hacia el otro, procurando que su cabeza siga el movimiento del cuerpo.
4. Dale masaje de los hombros a las manos y de los muslos a los pies.
5. Acuéstalo a lo ancho de una hamaca y mécelo suavemente. También pueden acostarlo boca arriba sobre una sábana y mecerlo entre dos personas.
Motor fino:
1. Para evitar que tenga las manos cerradas mucho tiempo, frótalas con tus dedos desde el dedo meñique hasta la muñeca.
2. Con el pulgar y el índice toma uno por uno los dedos del bebé desde su base y desliza hasta la punta, dándole un jaloncito suave al final.
3. Para ayudarle a abrir sus manos, frota con una brocha o toalla la base de la mano hacia afuera extendiendo su dedo pulgar.
4. Si abre bien la mano pero no puede sostener un objeto, ayúdale doblando sus dedos alrededor de éste.
5. Coloca una sonaja en su mano y ayúdale a agitarla varias veces para que trate de imitar el movimiento. Siempre mantente a su lado para que no se golpee.
6. Acostúmbralo a estar boca abajo algunos minutos para que rasgue o arañe las cobijas.
7. Recorre el cuerpo de tu bebé con una toalla, preferentemente sin ropa, friccionando ligeramente y nombrando cada parte de su cuerpo. Haz lo mismo con una brocha o algodón, procurando hacerle cosquillas.
8. Ejercicios para estimular la sensibilidad del rostro: Pon tus pulgares en el centro de la frente del bebé y deslízalos simultáneamente hacia los lados. Haz lo mismo en sus mejillas, colocando tus dedos a los lados de la nariz. Para estimular los labios, haz el mismo movimiento, como si marcaras los bigotes.
Todos los días tómate unos minutos para establecer contacto físico con tu hijo o hija, háblale y exprésale tu cariño, así el proceso será más sencillo.
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