Dormir es de vital importancia para el desarrollo infantil, por ello, una adecuada rutina de sueño es esencial para su salud; de esta manera se promueve el estado de alerta y se contribuye a formar una buena memoria.
Es importante que los padres ayuden a sus hijos a adquirir buenos hábitos de dormir desde una edad temprana para promover un correcto desarrollo y evitar episodios de irritabilidad por falta de descanso.
De acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, los bebés de entre 4 y 11 meses necesitan dormir de 12 a 15 horas diarias, incluyendo siestas. Es importante que a esta edad no duerman menos de 10 horas ni más de 18.
Con ayuda de las siguientes recomendaciones, podrías formar hábitos saludables del sueño en tu bebé:
- Crea un ambiente oscuro y silencioso durante la noche.
- Determina una hora regular para acostarse.
- Establece rutinas para antes de dormir, como: darse un baño, tomar la cena o leer un cuento.
- Evita la exposición a pantallas y actividad física al menos una hora antes de dormir.
- Establece asociaciones positivas hacia el sueño de tu pequeña o pequeño.
A la hora de acostarlo:
- Colócalo boca arriba, al asumir esta posición son menos propensos al síndrome de muerte súbita del lactante.
- Evita usar cobijas pesadas o edredones que puedan interferir con su movilidad o respiración.
- Retira almohadas, juguetes muñecos de peluche y mantas del lugar donde duerme.
Compartir la recámara o la cama es una práctica que puede ayudarte a estar pendiente de lo que pueda suceder durante la noche.
Promover las horas de siesta durante el día ayudará a que tu bebé recupere energía, complete sus horas de sueño totales y tenga un mejor humor durante la tarde. Recuerda que el sueño nocturno es parte esencial para el óptimo desarrollo físico y cognitivo, motivo por el cual será esencial evitar las desveladas
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