A pesar de que el oído de un feto termina de formarse en el sexto mes de gestación, el bebé puede escuchar desde la semana 20. El primer sonido que capta es el ritmo cardiaco de su madre.

Desde que está en el vientre se encuentra inmerso en ambiente sonoro escucha:

• La voz de mamá y papá
• Percibe los sonidos internos del cuerpo de mamá
• Alcanza a escuchar algunos sonidos fuertes del exterior
• Vibraciones musicales

Una vez nacido, cantarle es una de las formas de favorecer el vínculo madre-hijo, pero también es una fuente de aprendizaje. Esta sencilla acción promoverá un mejor desarrollo del habla y un vocabulario más amplio; esto tiene fundamento en la estrecha relación entre la música y el lenguaje.

Algunos de los beneficios que aporta la música en el desarrollo infantil, son:

• Desde un punto de vista neurolingüístico, tanto el lenguaje como la música tienen una gramática, sintaxis y base acústica: ritmo, pausas, sonidos, etcétera.
• La psicología ha demostrado que la música estimula las emociones en el ser humano.
• Neurológicamente se ha demostrado que la música y el lenguaje son procesados en las mismas regiones cerebrales.

Cuando mamá y papá cantan a sus hijos, las y los pequeños experimentan emociones que les permiten aprender más rápido puesto que neuronalmente se crean asociaciones entre el lenguaje y el ritmo. Además, las canciones infantiles:

• Estimulan la memoria
• Impulsan la imaginación
• Favorecen la atención
• Promueven la socialización

Es un buen método para enseñar de forma lúdica los colores, días de la semana, números, partes del cuerpo y más. Por otro lado, pasar tiempo con tu hija o hijo le brindará seguridad, autoestima y muchos momentos de diversión en familia.