Desde las primeras horas de nacido, al ser besado, abrazado y acariciado por su madre, el bebé recibe sensación de tranquilidad, seguridad, afecto y estimulación del tacto; estas simples acciones benefician su desarrollo sensorial.
Más adelante, para estimular su sentido del tacto puedes tener contacto piel con piel o dar masajes si es muy pequeño, al cabo de un par de meses podrás mostrarle las diferentes texturas, pues esto también aporta valiosa información al bebé.
A continuación, te compartimos una actividad de estimulación temprana que favorece el tacto y la exploración; para ello necesitarás un aro hula-hula y una variedad de objetos que puedes encontrar en casa.
Coloca a tu bebé recostado boca abajo dentro del aro para que explore el aro sensorial que le preparaste.
Todos los elementos pueden ser reemplazados por cosas similares. Recuerda la importancia de alejar de tu bebé objetos que puedan poner en riesgo su salud.
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