En sus primeros meses de edad, los bebés se expresan a través del llanto; es por esta vía que señalan su incomodidad o algún malestar. ¿Cómo podemos calmar a un bebé que no deja de llorar? A veces es fácil identificar el problema y puede resolverse al alimentarlo, cambiarle el pañal o ayudarlo a sacar algún gas. Pero no siempre es tan sencillo.
Si su llanto te rompe el corazón y ya descartaste todas las razones obvias por las que tu bebé no deja de llorar, tienes algunas opciones más. Una es asegurarte de que no presenta síntomas de enfermedad, como fiebre o secreción nasal, en cuyo caso debes consultar con su pediatra. Otra es probar alguna de estas técnicas que te ayudarán a calmar a tu bebé y harán que se sienta mejor.
Consejos para calmar a tu bebé si no deja de llorar
1. Envuelve a tu bebé en una manta amplia y delgada (pídele al pediatra que te muestre cómo hacerlo correctamente) para ayudarle a sentirse seguro.
2. Sostén a tu bebé en brazos y coloca su cuerpo sobre tu lado izquierdo para ayudar a la digestión. Frota suavemente su espalda. Si tu hijo o hija se va a dormir, recuerda siempre acostarlo boca arriba.
3. Pon un sonido relajante en el ambiente. Utiliza un dispositivo de ruido blanco, el zumbido de un ventilador (sin exponer a tu bebé a la corriente de aire) o la grabación de un latido cardiaco para recordarle cómo se sentía estar dentro del útero. Esto ayudará a calmarlo.
4. Pasea a tu bebé en un portabebés o mécelo en tus brazos. Este tipo de movimientos suaves y repetitivos le recordará lo que sintió en el útero.
5. Evita sobrealimentar a tu pequeño o pequeña porque esto también puede causarle incomodidad. Intenta esperar al menos dos horas o dos horas y media desde el comienzo de una alimentación hasta la siguiente.
6. Si aún no es hora de alimentar a tu bebé, ofrécele tu dedo pulgar para succionar. Muchos bebés se calman con este contacto.
Recuerda permanecer tranquila y pedir ayuda si te está costando trabajo mantenerte relajada o si te sientes muy ansiosa. A veces cuidar de un bebé es difícil, permanecer calmada ayudará a poder saber con mayor claridad qué necesita tu bebé. A veces solo necesita un abrazo de mamá.
Como precaución extra, lleva un diario de cuando tu bebé está despierto, dormido, comiendo y llorando. Anota cuánto tiempo le toma comer tu hijo o hija, o si llora más después de comer. Después, habla con el médico sobre estos comportamientos para ver si su llanto está relacionado con alguna de sus actividades cotidianas.
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