Tu bebé está familiarizado con el agua, ya que de alguna manera fue el entorno en el que se desarrolló durante 9 meses en el vientre materno. Aun así, se recomienda esperar por lo menos a que cumpla los tres meses para que su sistema inmunológico esté más desarrollado y así evitar posibles resfriados o infecciones.
Cuando te decidas a enseñarle a nadar, es importante que te asegures de que la alberca cuente con un área exclusiva para bebés, con una temperatura adecuada y que el agua se encuentre limpia.
Entre los beneficios de la natación está el desarrollo neuromuscular, que mejora la coordinación, el equilibrio y el conocimiento del espacio. Además, ayuda a desarrollar la condición cardiovascular y la formación de las habilidades psicomotrices que le serán de gran ayudar para gatear y posteriormente caminar.
No olvides consultar a tu pediatra antes de comenzar con cualquier actividad física para tu bebé.
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