La comunicación tiene diferentes formas de expresión, si bien podemos hablar, también es posible valernos de gestos, ademanes, postura y del contacto visual pues ellos proveen a otros los mensajes que queremos decir.

Con los bebés es igual, pero estimular su lenguaje es muy sencillo; a continuación, te compartimos algunas actividades muy simples que puedes hacer con tu hijo o hija para impulsar el aprendizaje de su habla. 

Aunque sea muy pequeño, intenta comunicarse contigo en todo momento, para familiarizarle con nuestro lenguaje puedes:

• Hablarle. Procura platicarle algo todo el tiempo, aprovecha momentos como la hora del baño, al cambiarle o alimentarle. 
• Llamarle por su nombre.De esta forma irá aprendiendo que al mencionarlo te refieres a él o ella.
• Explicarle lo que sucede.Dile lo que estás haciendo en ese momento o qué harán más tarde.
• Cantarle canciones para que pueda aprender vocabulario.  
• A la hora de dormir, arrúllalo y cántale canciones de cuna.
• Si está ansioso, tómalo en brazos y háblale con cariño para calmarlo.
• Haz gestos y expresiones con tu rostro para que tu bebé las reconozca e imite.

Los más pequeños se expresan a través de la etapa prelingüistica, es decir: gorjeos, balbuceo, gestos o ademanes hasta que logran vocalizar sus primeras palabras y formar oraciones simples. Mientras eso sucede, es importante que interpretes lo que tu bebé te comunicar. 

Notarás que: 

• Imita los sonidos guturales, gorgoteos y balbuceos de tu bebé.Para motivarle, respóndele como si estuvieran conversando.  
• Sonríe cuando le hablas. A cambio, puedes regresarle la sonrisa y mírale a los ojos.
• Trata de tocar tu rostro.Acarícialo, es importante darle muestras de afecto, ya que también son una forma de comunicación. 

Otra actividad que puedes realizar cuando toque tu rostro es llevar su manita a tus orejas, ojos o nariz y mencionarle el nombre de cada parte. 

Recuerda la importancia de que mamá, papá y otros integrantes de la familia participen en actividades de estimulación para impulsar el desarrollo del pequeño o pequeña, pues el juego y la convivencia diaria pueden favorecer su crecimiento.