Si tu pequeño o pequeña ya cumplió sus primeros tres meses, tal vez sea momento de que empiece a tener sus primeras experiencias en una alberca.
Una buena opción para hacer esto es a través de la matronatación, una actividad de estimulación acuática, previa a la natación, que no busca enseñarles a nadar, sino a que se familiaricen con el agua, se diviertan y aprendan a flotar.
Este ejercicio ayudará a que tu bebé sea más sociable y a que conozca la sensación de estar en una alberca. Algunos de sus beneficios son:
• Tu pequeño o pequeña dejará de ver el baño como una tortura y comenzará a verlo más como un momento de diversión.
• Gracias a la libertad de movimiento que una alberca ofrece, se convierte en un lugar en donde los niños y niñas pueden fortalecer sus músculos y fomentar su desarrollo psicomotor.
• Aumenta su eficiencia en la oxigenación beneficiando los sistemas circulatorio y respiratorio.
• Es una excelente forma de convivir con otros niños fomentando el movimiento a través del juego.
Se sugiere no comenzar con las clases de matronatación hasta después de que tu pequeño cumpla los tres meses de edad, esto para prevenir posibles alergias, irritaciones o infecciones. Recuerda siempre consultar al pediatra para que te dé la mejor recomendación sobre el mejor momento para practicar con tu hijo o hija esta actividad.
Recuerda que el agua y el bebé guardan una relación no solo física, también emocional, lo que promueve que los momentos acuáticos sean placenteros.
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