El miedo es una respuesta natural que pueden experimentar todos los seres vivos a partir de un sentimiento de desconfianza, esto provoca una sensación de angustia sin importar que el motivo sea un peligro real o imaginario.
Los seres humanos suelen empezar a experimentarlo desde muy temprana edad, los motivos van cambiando conforme el niño o niña crece. A continuación, te compartimos una tabla:
Algunos de ellos desaparecerán con el tiempo, sin embargo, el miedo a la oscuridad es uno de los más frecuentes y con mayor duración. La solución que muchos padres ofrecen es dejar la luz de la habitación encendida o colocar una lámpara pequeña para evitar que el menor sienta miedo, sin embargo, esta práctica podría afectar la salud de los niños.
Dejar la luz prendida podría crear un hábito difícil de combatir con el paso del tiempo, además, con ayuda de la oscuridad, los seres humanos segregamos melatonina, una hormona fundamental para conciliar el sueño.
Por esta razón no es recomendable que los niños duerman con la luz encendida, viendo la televisión o usando algún dispositivo electrónico. Si quieres saber más al respecto, puedes leer: ¿Es malo que mi bebé use mi celular?
Pero la disminución en la segregación de melatonina no es el único factor en juego, de acuerdo con un estudio realizado por el Centro Médico de la Universidad de Pensilvania y el Hospital Infantil de Filadelfia se determinó que dormir con la luz prendida durante los primeros dos años de vida, tenía relación con la miopía.
De los 480 niños analizados, se detectó que el 34% de los que habían dormido con luz tenue o una lámpara de noche tenía problemas de vista en la edad adolescente, y esto ascendía a 55% cuando habían dormido con la luz de la habitación prendida.
Durante la práctica del colecho es menos común que los niños sientan miedo a la oscuridad, pues saben que sus padres están cerca. Si quieres saber más sobre este tema, lee: Los beneficios de dormir con tu bebé
Pero si tu hijo duerme solito, procura acostumbrarlo a dormir con la luz apagada. Si ya ha presentado miedos o ya tiene la necesidad de ver una luz prendida en su habitación, puedes:
- Ir atenuando la intensidad de la luz hasta que desaparezca la necesidad
- Dejar una luz próxima a su habitación encendida y la puerta abierta
- Dejar la luz apagada y acompañarle dentro de la habitación hasta que concilie el sueño
Tener una rutina tranquilizadora puede ayudar, para ello puedes leerle un cuento, cantar una canción de cuna o darle un masaje. También puedes usar una crema con lavanda para ayudarle a relajarse y decirle que eso le ayudará a perder el miedo.
Durante la siesta no es necesario que duerma a oscuras, dormir con luz natural y los ruidos del día le ayudará a distinguir el sueño diurno del nocturno.
Si notas que tu hijo o hija muestra miedos intensos, consulta un profesional de la salud. Nunca minimices su sentir, lo ideal es recibir la asesoría correcta para determinar qué está sucediendo con tu pequeño.
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