Dentro de las habilidades motrices básicas de los niños está el saltar, ya que de ahí dependerá el desarrollo de otras actividades físicas, deportivas y de desplazamiento. Saltar estimula el sistema vestibular, encargado de mantenernos en la gravedad y este, tiene varias interconexiones con casi todas las partes del cerebro.
Antes de los dos años de edad, notarás que empieza a intentarlo con un pie en el suelo, a los dos años ya podrá impulsarse con ambos pies de forma rígida y con los brazos hacia atrás; y a los tres años ya lo hará con mayor facilidad.
Para que puedas ayudarlo a desarrollar esta habilidad, es importante que conozcas cuáles son las fases del salto; así podrás estimular su motricidad mientras va creciendo.
Los saltos se componen de cuatro partes:
- Estar quieto: es la posición en la que estará tu pequeño antes de realizar el salto.
- El impulso: es la fuerza que ejercerá su cuerpo (brazos, piernas, tronco) para conseguir el salto.
- El vuelo: es el momento en el que su cuerpo se despega del suelo y se mantiene en el aire.
- Caída: es el momento en el que vuelve a tocar el suelo.
Los saltos pueden ser:
• Verticales: son lo que se realizan hacia arriba. Por ejemplo para tomar un objeto en alto o alcanzar un balón.
• Horizontales: son los que se realizan hacia delante. Por ejemplo: saltar un charco, un salto de longitud, brincar un objeto.
• De altura: son los que se realizan cuando estamos más altos que el suelo al que queremos llegar. Por ejemplo: saltar hacia una alberca, desde un escalon al piso.
Saltar con ambos pies, le ayudará a tu pequeño a desarrollar sus habilidades motoras, a mejorar su estructura espacial y temporal, su coordinación, control de la postura y además a tomar decisiones por sí mismo mientras está en movimiento.
Recuerda, es importante comenzar con pequeñas alturas y poco a poco ir proponiendo retos. Puedes ayudarlo a saltar, brindándole tus manos como apoyo.
Validado por Augusta Franco. Kinesiologa y Fundadora de Megabrain
contenido relacionado
También te podría interesar