El juego es prioritario en la vida de las niñas y los niños, pues les ayuda a desarrollar su imaginación. Entre los 2 y 4 años, comienzan con el juego paralelo; se identifica porque parece que los niños y niñas juegan juntos, pero no es así, ya que no se relacionan de ninguna manera.
Esto podemos verlo en las ludotecas donde hay cocinas de juguete o juegos de supermercado, aquí es común que los niños y niñas observen a sus iguales e imiten las actividades que otros realizan.
A partir de los 4 años en adelante se presenta el juego compartido donde todos los niños y niñas se organizan para jugar.
El juego de roles o juego simbólico suele presentarse a partir de los 24 meses e ir evolucionando en complejidad hasta los 6 o 7 años; se caracteriza por la imitación por parte de los niños y niñas a situaciones de la vida real, por ejemplo: simular darle de comer a una muñeca, manejar, dar clases, ir al supermercado o jugar a alguna profesión en específico como ser médico, chef, bombero, bailarina, cantante, etc.
Este tipo de juegos:
- Favorece su desarrollo físico y motriz
- Facilita la expresión de sentimientos y emociones
- Mejora su forma de relacionarse con otras personas
- Promueve la maduración en cuanto a la forma de jugar solo o acompañado
Tú puedes participar en el juego de roles e impulsar el desarrollo de tu hijo o hija. Para lograrlo:
- Pídele que verbalice las acciones que hace durante el juego, así fortalecerán el desarrollar del lenguaje.
- Descríbele un escenario o situación estimula su imaginación y creatividad. El crecimiento de ambas partes es vital para los niños y niñas.
- Asígnale un rol, por ejemplo: pídele que se encargue de cobrar en el supermercado que imaginaron. Pretender conocer y practicar los roles establecidos le ayudarás a entender el entorno y la sociedad adulta.
Además, jugar juntos promueve el trabajo en equipo, la cooperación, la empatía, la negociación y favorece los lazos afectivos.
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