El equilibrio es la capacidad de mantener una postura controlada de manera estática o con movimiento; para lograrlo es necesaria la intervención de los sentidos, las articulaciones, los músculos, la motricidad, el sistema nervioso central, y el nervio vestibulococlear (ubicado en los oídos).
Tu hijo o hija pasará varios meses antes de lograr mantenerse de pie, algunas semanas más tarde podrá hacerlo sin apoyo y le tomará un tiempo más desplazarse sin caer.Mientras esto sucede requerirá de práctica, fuerza, flexibilidad y coordinación.
Con ayuda del equilibrio se hace consciencia del espacio y la gravedad, por esta razón es común ver que los bebés que empiezan a caminar dan pasos cortos, caminan con las manos hacia adelante o sostienen algún objeto para evitar caerse.
Hacia los 15 meses es común que los niños y niñas caminen sin problemas y suban escalones con poca asistencia, pero a los 2 años es muy probable que corra sin dificultad e incluso tenga la capacidad de patear una pelota.
Aunque suene simple, patear una pelota requiere de un gran esfuerzo físico; tu hijo o hija necesitará mantener el peso de su cuerpo apoyándose en un solo pie, levantar el otro, moverlo en dirección a la pelota y coordinar sus músculos para golpearla.
Hacia los 3 años, tu hijo tendrá la capacidad de pararse sobre un solo pie e incluso saltar, por lo que realizar actividades que incluyan brincos le ayudará a practicar.
Para promover el equilibrio pueden realizar actividades sencillas en casa como bailar, jugar a las “estátuas de marfil”, saltar, vencer un circuito de obstáculos o trepar. Al jugar juntos no solo beneficiarás su desarrollo físico, también su bienestar emocional y social.
Pasar tiempo con los padres es una forma de demostrar amor y proveer al menor de seguridad y autoestima.
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