A nadie le gusta que lo comparen con otra persona, especialmente si se trata de un niño que está descubriendo su personalidad. Esto, además de hacerlo sentir menos, afecta directamente su autoestima e identidad.
Cuando comparas, estás juzgando, calificando y etiquetando a tu hijo. Y aunque como su madre no lo haces con la intención de lastimarlo, finalmente eso sucede.
¿Cuáles son las consecuencias de comparar a un niño con otros?
Comparar a un niño influye en su forma de actuar, ya que siente que debe ser diferente para ser amado y aceptado por sus padres. Comienzan a imitar a otros, haciendo cosas que tal vez que, no estén dentro de sus habilidades o gustos y esto genera impotencia dentro de ellos.
Si a un niño se le está comparando constantemente con un hermano, primo o amigo, las consecuencias pueden ser varias:
- Crea envidia en algún punto, se convierte en rivalidad. Estar en una constante competencia por ser igual que otro niño es desgastante y frustrante. A la larga esto dañará una relación entre hermanos, primos o amigos.
- Nace la inseguridad. El pequeño se preguntará si a pesar de todo su esfuerzo, nada es suficiente. Creerá que no tiene la capacidad o inteligencia de otros.
- Puede buscar soluciones en conflictos a través de la violencia o agresión. La frustración puede llegar a un límite donde todo se salga de control, derivando en enojo violento con el que su inteligencia emocional se vea afectada.
- El pequeño que se adapta a las comparaciones buscará ser perfeccionista y en su vida adulta, tendrá problemas de autoestima y buscará siempre agradar a los demás.
¿Cómo hacer para motivar a un niño sin compararlo?
- Lo primero es aceptar a tu hijo tal y como es. Exalta sus virtudes y dile qué es lo que más te gusta de su personalidad. Háblale de todo aquello positivo que tiene desde dentro hacia afuera. Y no olvides mencionarle cada día cuanto lo amas.
- Reconoce su esfuerzo. Aunque no logre una meta es importante hacerle saber que te das cuenta de que lo está intentando. Ayúdale a crear estrategias para lograr su objetivo.
- Es probable que en algunos momentos, busques, como mamá o papá, poner un ejemplo para explicarle alguna conducta a tu hijo, en este caso, lo ideal es hacerlo con personas ajenas a la familia o el círculo de amigos, tal es el caso de un personaje que le guste o un deportista que admire. Lo aconsejable aquí es tomar una acción que hizo o logró ese personaje para alcanzar una meta, superar un obstáculo, etc.
- Exígele de acuerdo a su edad. Ponerle retos o expectativas demasiado altas provocan frustración. Si él se da cuenta que es capaz de cumplir y alcanzar metas, se motiva y se siente feliz, lo que desencadenará que quiera seguir superando retos.
- Ayúdalo a crecer y aprender de otros. Si algún amigo, hermano o primo es bueno en algo, aconseja a tu hijo que hagan esa actividad, para que juntos, aprendan y mejoren su técnica. Otra técnica efectiva es pedirle que te mencione cosas positivas de alguien para que a él le sirvan de motivación e inspiración, pero nunca obligándolo a hacer algo que no le guste o no desee.
Cada niño es único, enfócate siempre en lo positivo y recuerda que tú eres quien orienta a tu pequeño, por eso si te gustaría tener las herramientas correctas para ayudarle con su conducta, no dudes en acudir a un especialista que seguramente te proporcionará toda la información que buscas.
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