Aunque tu hija o hijo comience a decir sus primeras palabras alrededor de su primer cumpleaños, falta mucho tiempo para que desarrolle completamente su capacidad del habla o su entendimiento de todo lo que se le dice.
Comenzará identificando e imitado onomatopeyas, es decir, sonidos de animales u objetos, así que puede ser común que le escuches decir “chu-chu”, “mu” o “guau”. Para ayudarlo, si le escuchar hacer “ring-ring”, puedes responderle con “sí, el teléfono suena ring-ring”.
Alrededor de los dos años, tu hijo o hija conoce aproximadamente 50 palabras y ya comienza a juntar dos de estas para armar sus primeros enunciados como: “quiero comer” o “tengo sueño”. Sin embargo, su pronunciación en esta etapa suele no ser muy clara, y el vocabulario está enfocado especialmente en alimentos que acostumbra comer o acciones cotidianas.
Después de los dos años, comenzará a aprender palabras descriptivas y sabrá cómo relacionadas con conceptos espaciales. De esta manera, pronto le escucharás utilizar expresiones como “adentro”, “grande”, “pequeño”, entre otras.
También verás que sus frases se hacen más largas, pues podrá formar enunciados de hasta tres palabras; utilizará plurales y conjugaciones en pasado de verbos regulares. Esto significa que tu pequeño o pequeña comienza a entender de manera más completa el idioma.
Es muy común que los padres sientan afecto por escuchar las palabras mal pronunciadas de sus hijos, sin embargo, es primordial corregir oportunamente estos errores para que muy pronto logren hablar adecuadamente. Otras formas de impulsar el desarrollo del lenguaje son:
- Conversar todos los días con tu pequeña o pequeño
- Explicarle nuevas palabras y alentarle a usarlas
- Leer juntos cuentos infantiles
- Cantar canciones
Conforme veas su progreso puedes usar tarjetas o libros para mostrarle las vocales o letras del abecedario, enseñarle el sonido y forma; de esta manera le ayudarás a familiarizarse con la lecto-escritura.
Si notas que tu hijo no habla o no conoce las palabras suficientes para expresarse, consulta a tu médico para cerciorarte de que no exista ningún problema, no obstante, es importante no olvidar que cada niño avanza a su propio ritmo.
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