Las y los niños pequeños suelen experimentar miedo en diferentes etapas de su vida y bajo diversas causas. Por lo regular, los miedos infantiles no son fáciles de tratar debido a que los menores no tienen la madurez cognitiva ni de lenguaje para explicar exactamente lo que les sucede.
Los más comunes en menores de cuatro años suelen ser el miedo a la oscuridad, al abandono, a la soledad, a los payasos, a las tormentas o a los monstruos, pero hay un grupo de niños que muestran sensibilidad ante otros factores poco comunes, como lo es el temor al inodoro.
Este miedo puede ser originado por el sonido que genera el tirar de la palanca o bien, por la sensación de que el niño o niña podría caer dentro de la taza e irse. El entrenamiento del control de esfínteres suele iniciarse alrededor de los 18 meses, pero es hasta después de los tres años, que los pequeños desarrollan la capacidad de distinguir la realidad de la fantasía.
Por lo anterior, el miedo al inodoro resulta totalmente justificado tomando en cuenta que aún no logran diferenciar lo que realmente puede suceder de lo que solo imaginan.
¿Cuánto tiempo durará?
La buena noticia es que este miedo es temporal, pero para ayudarle a superarlo necesitarás:
- Tener paciencia
- Encontrar la manera de aminorar su temor
- No minimizar su sentir
- No obligarle a hacer algo que no desea
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo o hija?
1. Observa e identifica el origen del miedo, si se trata del ruido, baja la tapa y usa una bocina pequeña para poner música mientras están en el baño.
2. Si el miedo surge por temor a caer, usa un rodete infantil o adaptador para reducir el tamaño del inodoro.
3. Si notas que el temor proviene por el movimiento del agua al girar, cierra la tapa antes de jalar la cadena.
4. Pueden jugar a sentar a sus muñecos a hacer pipí o popó, jalar de la cadena y limpiarlos de forma simulada para que el pequeño o pequeña experimente a través del juego simbólico los miedos, como padres podemos escuchar qué es lo que el menor dice y así, tener mejor claridad para ofrecer algunas soluciones.
5. Puedes ayudarle expresando con él o ella, frases o palabras positivas cada vez que van al baño, por ejemplo “el baño es un lugar seguro, nada me pasará, ¡yo puedo lograrlo!”.
El acompañamiento es fundamental para superar el miedo, por lo que permanecer cerca le brindará la tranquilidad y seguridad que necesita. Otra opción menos complicada es continuar el uso de su bacinica hasta que se sienta lista o listo para el inodoro.
Si notas que el problema continúa luego de varias semanas, consulta un profesional de la salud para conocer el mejor tratamiento de adaptación.
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