Leerle a un bebé puede ser muy divertido, es la oportunidad para mostrar a tu hijo o hija libros con texturas y muñecos divertidos: a los niños les encanta explorar con los dedos y la boca, así como con los ojos.
Cuando le leas a tu bebé, no te preocupes por terminar el libro o incluso pasar las páginas en la dirección correcta. Simplemente disfruta jugando como si fuera un juguete y lee todo lo que tu hijo o hija te permita.
Entre los 9 y 18 meses, tu pequeño o pequeña está empezando a decir sus primeras palabras. Probablemente también esté señalando objetos y su vocabulario receptivo (las palabras que puede entender) es mucho más rico que su lenguaje hablado.
Aquí es donde la lectura temprana comienza a dar sus frutos. De acuerdo con un estudio publicado en Pediatrics, los bebés a los que se leía regularmente a partir de los seis meses tenían un aumento del 40 por ciento en el vocabulario receptivo cuando tenían 18 meses. Los niños en el estudio a los que no se les leyó tenían solo un aumento del 16 por ciento en el vocabulario receptivo.
A los 18 meses, tu bebé comenzará a tener la paciencia para una "verdadera" historia. Los libros de rimas deleitarán sus oídos y lo entrenarán para escuchar con atención el sonido del lenguaje.
A esta edad, tu hijo o hija quizá quiera "leer" los libros contigo. Puedes hacer preguntas, pasar las páginas de un lado a otro y pedirle que lea partes específicas que le interesen. También comenzará a pedir sus libros favoritos, los cuales le gustará leer nuevamente una y otra vez. Esto se convertirá en un ritual muy satisfactorio para él o ella, y creará una base sólida para el éxito futuro con los libros y la lectura.
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