El juego es un elemento básico en la vida de un niño, ya que surge de manera natural y es una de las maneras en las que expresan sus emociones y sentimientos. Jugar con tu bebé siempre será una oportunidad para que generes un vínculo con él o ella.
Además de divertirse, el juego es necesario para el desarrollo de distintas capacidades, como las siguientes:
Físicas: Mejora su coordinación y motricidad.
Sensorial y mental: Aprende a reconocer formas, tamaños, colores y texturas.
Afectivas: Diferencia y experimenta distintas emociones.
Conocimiento de su cuerpo: Identifica sus límites y los de su entorno.
Trabajo en equipo: Le ayudará a relacionarse con otros.
Recuerda que el juego le da a tu hijo la oportunidad de aprender quién es, el alcance de lo que puede hacer y cómo puede relacionarse con los demás. En resumen, ayuda a su desarrollo físico, emocional y social.
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